He estado observando el comportamiento a través de mi consulta durante muchos años. En todos estos años, las situaciones y las personas cambian, pero he observado dos constantes en el comportamiento humano. En primer lugar, la mayoría de las personas no comprenden cómo funciona su mente y la influencia que tiene en su biología. Considere los pensamientos negativos; el pensamiento negativo afecta la forma en que te sientes, percibes el mundo y a los demás, y también afecta tu salud. También en muchos casos hay una discordancia entre lo que se dice y lo que se siente realmente. No digo esto de manera crítica sino con verdadera empatía. Como muchos niños fui introducida desde muy temprano al reino de «traga tus sentimientos». Si lloraba demasiado, recibía un regaño o un caramelo, cualquier cosa para calmar un berrinche o llanto. Si estaba molesta, mi madre o mi maestra predicaban que la ira estaba mal y que no debería sentirse.
Desde muy temprano comencé a cuestionar esto, si no se supone debemos sentir rabia, ¿porque la sentimos? Las respuestas a estas preguntas no llegaron o fueron contestadas con otra pregunta, ¿Porque haces tantas preguntas? eventualmente aprendí las reglas de la «socialización», y eso fue mantenerme callada, pero en el fondo de mi mente, crecería una certeza y encendería el fuego de la investigación en mí: ¡cuestiono! Realmente lo cuestiono todo, eso va en honor a todos los que me enseñaron supuestos conocimientos infalibles que no estaban basados en la razón o el sentido común.
La razón por la cual las personas no están en sintonía con sus sentimientos es porque estos conceptos no son parte de la educación en casa o en el colegio (en realidad todos somos víctimas de víctimas).
Siento que la práctica de tragar nuestros sentimientos desde que éramos niños provoca el eterno conflicto interior y el desasosiego. Este ha sido el tema principal de los filósofos desde el principio de los tiempos, una pregunta que supuestamente no tiene respuestas claras. En realidad, sí hay respuestas y están siempre dentro de nosotros mismos, y son diferentes para cada uno.
Nos preocupa tanto cómo funciona todo lo demás, nos convertimos en expertos en lo que nuestros autos necesitan, en la economía, en la moda, pero ¿qué pasa con lo que nos permite hacer todo esto? Evitamos mirar hacia adentro y comprender quiénes somos y qué necesitamos. Tengo la certeza de que esta comprensión transformará quiénes somos como seres humanos y también como sociedad. El sufrimiento no es un destino, sino un estado de pensamiento que crea un estado de ser.
Ignorar nuestras emociones trae sufrimiento y afecta negativamente nuestra biología. Estamos equipados con la brújula y las herramientas para entendernos a nosotros mismos y esta comprensión termina con el sufrimiento, el daño autoinfligido, el autosabotaje y la confusión, y también con la adicción. Todas las respuestas que necesitamos para vivir en paz, resiliencia y alegría no son externas, sino que se encuentran dentro de nosotros mismos.
El autoconocimiento, implica quedarse quieto y requiere el compromiso de prestar atención a nuestras necesidades y darnos cuenta de lo que estamos haciendo a los demás, pero especialmente a nosotros mismos; también llama a la comprensión y aceptación de quiénes somos, incluso cuando en lo que nos hemos convertido no pinta una imagen bonita. Prestar atención siempre trae conciencia. La comprensión pone fin al juicio y nos recuerda que todo lo que nos ha sucedido, es una lección que nos acerca a la transformación, la aceptación, el amor propio y la conciencia superior. Te invito a mirar dentro.
Sonríe. Lo que necesitas ya está dentro de ti. ML